San Juan de los Lagos, Jalisco.

Los peregrinos comienzan a llegar al lugar desde nueve días antes de que comienzan las celebraciones en torno a la virgen de La Candelaria. Para ingresar al santuario, cuya edificación se concluyó el 30 de noviembre de 1732, se camina apretujado entre oraciones, jaculatorias, lágrimas, muletas y cantos que invaden los cuatro vientos; el avance es lento entre un bosque de crucifijos, Niños Jesús de todos tamaños e imágenes de la Virgen incrustadas en una diversidad apabullante de objetos cuyas ventas se multiplican durante la feria comercial que se instituyó en 1797.

En la sacristía hay miles de retablos empolvados y apiñados junto a trenzas, ramos de novia, títulos profesionales, retratos, cartas y faltas de ortografía. La ciudad conserva magníficos monumentos donde se aprecian los estilos barroco, renacentista y neoclásico: parroquia de San Juan Bautista (1653/1693), Capilla del Primer Milagro (1533/1535), el Mesón de la Virgen (actual escuela Rita Pérez de Moreno; 1767) y la Casa de Correos (hoy Casa de la Cultura) son tan sólo algunos de los 22 edificios notables que hay que conocer. Sus espacios presentan una variada configuración arquitectónica y los detalles estéticos evidencian su propósito, no están hechos para una mirada fugaz.